Tendemos los brazos al delta
y al coro mudo de las linfas,
cantámonos en los resbalones resueltos.
Parécemonos en las asonancias rítmicas
del sentido ancestral.
Curvados sobre las eses,
doblados al rozar de las teclas-vértigo
que nos empapan de inequívocos murmullos,
hundimos las armas
hasta desgarrarnos el alma de amor.
Nessun commento:
Posta un commento