Tú, de los ensortijados recuerdos,
del sueño de hacer, de las cuerdas ligeras,
de los teclados y las bodegas oscuras.
La misma tú del cafè con leche
y de las playas desiertas
y del hacer el amor.
Devolvamonos las manos y las almohadas,
reprendamonos la voz del viento...
sin hilo, de mil colores, con las colas
volemos altas cometas libres
sin el ruido sordo de las piedrecitas
en el lago
con sus círculos aburridos.
Ciento treinta y un millones de segundos
1 anno fa